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Mi canal contra la veracidad de las "Momias" Extraterrestres de Nazca


A muchos nos tiene hasta la coronilla que con fines comerciales se lucre con la credibilidad popular. La charlatanería invade nuestras vidas. Y va desde los jabones con más blancura o más color, pasando por los productos milagro y, como no, por los gurús de las pseudociencias.

Están quienes promueven productos medicinales que todo lo curan y que lucran con la vida de los enfermos (en el momento en que más requieren de atención). Pero también están quienes promueven la ignorancia y revierten valores con la idea de llevarles “noticias alternativas”.

Estos van desde la percepción extrasensorial o los fantasmas hasta las mal llamadas “teorías” de la conspiración y la ufología. A veces, muchas veces, batidas juntas para conformar una especie de fe con esteroides.

En esa situación se encuentran los nuevos promotores de la fe extraterrestre. Y no solo me refiero a quienes han reconocido abiertamente ser una creencia religiosa, como es el caso de los Raelianos y otras sectas, sino de aquellos que ni siquiera lo han notado todavía y que ven en la difusión de sus locas ideas, una forma “honesta” de ganarse la vida.

Así se ha creado una mitología contemporánea que requiere de la fe incondicional y de la ignorancia de sus miembros para subsistir. Pues a pesar de tratarse de creencias contemporáneas que ven la tecnología como pieza fundamental, están más cerca de la fantasía que siquiera de la ciencia ficción.
La tecnología se convierte para ellos en algo incomprensible. Una pieza ornamental o un elemento crucial pero al cual no se entiende. Tal vez porque se trata de una expresión del cómo ve el hombre y la mujer común la tecnología que les rodea: parece imposible comprender la ciencia detrás de un aparato que calienta la comida sin llamas o detrás de un aparato que nos conecta sin cables a cualquier parte del mundo. No necesitamos incrementar nuestro acervo científico para que funcionen, no necesitamos saber quién los creó. Lo que es más, si yo no puedo hacerlo y tampoco puedo imaginar quién lo hizo o cómo, entonces otros tampoco podrían haberlo hecho, parecen pensar. Por eso no solo imaginan a extraterrestres levantando antiguas construcciones, sino también trayéndonos tecnología en tiempos modernos, como el lasser, las microondas o toda la informática.

Si a esto le sumamos las teorías de la conspiración, el resultado es preocupante. Gente como el periodista Jaime Maussan venden la idea de que las ciencias y las universidades producen ignorantes. Los científicos no saben nada, ha dicho. Aunque, claro, recurra a su autoridad para justificar sus dichos, usando un lenguaje pseudocientífico y recurriendo a estudios de ADN y carbono 14 para respaldar, según dice, sus propios argumentos. Prefiere los estudios hechos por las propias universidades.

Así nació su monstruo más exitoso. Nos ha vendido muchos con el paso del tiempo y parece haber alcanzado una cierta perfección. Se trata de unas supuestas momias extraterrestres encontradas en Nasca, que ni se ha probado que sean momias, que sean extraterrestres o que sean de Nasca.
Pero para ello ha recurrido a toda clase de malabares lógicos, trucos publicitarios, al financiamiento e incluso a la denostación, para mantener vigente el tema. 

Así ha presentado en conferencia de prensa lo que llamó “pruebas”. De la mitad ya se ha retractado. Sin embargo, sostiene que hacia septiembre de este mismo año presentará la prueba definitiva de que estas piezas son realmente extraterrestres.

En mi canal he tocado el tema demasiadas veces, y temo que volveré a tocarlo cuando pidan mi opinión después de esa nueva “revelación”. Por lo pronto tengo que soportar comentarios de lo más coloridos, donde afirman que ese día tendré que comerme mis palabras.

Pero, como bien dice el dicho: a los malos momentos, buena cara. Así que he decidido sacarle provecho y organizar una apuesta que me ahorre algo de tiempo en las explicaciones. Aunque claro, si bien quiero hacerlo formal, ya lo he propuesto desde hace semanas, cuando llega algún vivillo a reclamarme por mi “gran ignorancia y enorme egocentrismo”. Hasta ahora, una vez que la suelto no he recibido respuesta. Algo lógico. No es la fe lo que los sostiene en pie sino la esperanza. Pero debe haber alguien que la acepte, ¿por qué no? El mundo está lleno de locos.

Mi propuesta es la siguiente:

Si Maussan ha dicho por primera vez la verdad y esas piezas corresponden a seres extraterrestres, yo proporcionaré las contraseñas de esta web y de mi canal. Sin embargo, existen dos condiciones que nos lleven a un buen juicio y nos ahorren el debate:

1. Los resultados de su “investigación” deberán seguir un método de investigación válido en el área de la biología, y haber sido publicados en una revista científica, reconocida e indexada al catálogo de una universidad de prestigio antes del día primero de octubre del 2017.
2. Estos resultados deberán haber sido revisados y evaluados de forma independiente por especialistas con una ética probada.

El acuerdo será dado a conocer a través de un video este canal y ambas partes proporcionaremos en forma privada, los datos personales necesarios para identificarnos y comunicarnos.

Copia de identificación oficial (presentar original vigente y proporcionar copia)
Clave Única de Registro de Población (presentar original vigente y proporcionar copia)
Comprobante de domicilio: Luz o teléfono ((presentar original vigente y proporcionar copia)
Proporcionar número de celular y correo electrónico
Y firmar carta compromiso.

En caso de que ese artículo NO se presente, quien haya aceptado mi apuesta, deberá donar el siguiente equipo para mi canal:

Grabadora Tascam Dr-60dmkii
Trípode Profesional Cabezal Fluido P/ Video que soporte al menos 15 kg de peso.

Al final… ¿qué pueden perder? Como los creyentes aseguran, las pruebas son irrefutables.

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